Yoro, Honduras.- Las comunidades del departamento de Yoro han vuelto a vivir un momento mágico y desconcertante: una nueva lluvia de peces, fenómeno tan insólito como fascinante que ocurrió durante la noche del domingo 1 de junio y que ha dejado a la población completamente asombrada.

Según relatan los vecinos de zonas rurales, los peces comenzaron a aparecer en calles, patios y campos poco después de una intensa tormenta. Lo más sorprendente, aseguran, es que no hubo rastros de otros animales acuáticos como renacuajos o caracoles, lo que aumenta el misterio alrededor de este fenómeno que cada año despierta tanto fe como intriga.

Conocido localmente como la «lluvia de peces», este suceso ha sido documentado en Yoro durante décadas, al punto de convertirse en parte de la identidad cultural de la región. Sin embargo, la ciencia aún no ha logrado explicar con certeza cómo sucede. Algunas teorías apuntan a trombas marinas o fuertes vientos que transportarían a los peces desde cuerpos de agua cercanos, pero hasta ahora no hay evidencia concluyente.

Mientras tanto, el fenómeno atrae la atención de investigadores, turistas y creyentes, quienes consideran que podría tratarse de una señal divina o un milagro natural único en el mundo.

«Es algo que solo Dios puede hacer», expresó doña Teresa, una vecina de la comunidad. «Cada año lo esperamos con respeto y con fe.»

Hoy, Yoro vuelve a ser noticia mundial, no solo por el enigma científico, sino por la conexión espiritual que muchos sienten ante este evento. Redacción Ruth Corrales